EL BULLYING EN EL CINE

El bullying en el cine tiene una amplia trayectoria. Ya en el año 1948 Joseph Losey llevó a la gran pantalla la película El muchacho de los cabellos verdes, en la que narraba los problemas con los que debía lidiar un niño de ocho años al que el pelo se le había vuelto de ese color, de la noche a la mañana.

El acoso escolar estuvo presente de una manera u otra en los años siguientes, pero volvería a ocupar las listas de películas taquilleras cuando en 1976 Brian de Palma decidió llevar el tema del bullying al cine mediante el género de terror, con su largometraje Carrie, basado en la novela del mismo nombre de Stephen King.

El acoso escolar se ha utilizado en diferentes películas como herramienta narrativa con éxito. Recordemos la obra de John G. Avildsen de 1984 Karate Kid, en la que gracias al esfuerzo su protagonista logra superar el acoso escolar al que es sometido.

Ya en las últimas décadas obras como Klass (2007) del director Ilmar Raag o Precious (2010) de Lee Daniels han tratado la problemática de la marginación de los jóvenes en las escuelas, cosechando varios premios y el reconocimiento de la crítica.

No sólo el cine occidental ha llevado el bullying al cine. Directores asiáticos han tratado magistralmente el acoso escolar, mostrándonos que es un tipo de conflicto que no tiene fronteras. Entre estas obras citaremos la excelente película coreana Princesa, Han Gong-Ju, (Lee Su-Jin, 2014), o la japonesa Todo sobre Lily (Shunji Iwai, 2001).

El bullying en el cine se ha tratado no sólo en formato de películas, sino también en cortometrajes y, muy especialmente, en el género documental, como Bully (Lee Hirsch, 2011), quien decidió llevar a la pantalla su propia experiencia como víctima.