Al intentar realizar una recopilación de películas sobre Hanna Arendt (1906-1975) uno debe lidiar con el poco material accesible que hay. A pesar de haberse rodado excelentes películas y documentales sobre esta extraordinaria figura del pensamiento del siglo XX, existe un gran dificultad para poder visionarlo, ya que gran parte se encuentra descatalogado o es necesario acudir a páginas extranjeras para poder realizar los pedidos. Afortunadamente una película reciente sobre la escritora de la controvertida obra Einchmann en Jerusalén ha venido a solucionar, aunque sea sólo en parte, esta situación.
Hannah Arendt (2012)
113min | Biography, Drama | 24 April 2013 (France)
Summary: A look at the life of philosopher and political theorist Hannah Arendt, who reported for 'The New Yorker' on the trial of the Nazi leader Adolf Eichmann in Jerusalem.Countries: Germany, Luxembourg, France, IsraelLanguages: German, English, French, Hebrew, Latin
La película de 2013 Hannah Arendt de la directora alemana Margarethe von Trotta centra su historia en los acontecimientos que rodearon al juicio de Adolf Eichmann, en el seguimiento que del mismo realizó Arendt, y en la repercusión que tendrían sus publicaciones. Esta obra de excelente calidad nos aproxima a esta extraordinaria pensadora, a la relación que mantuvo con Heidegger y a la posterior ruptura (en gran parte motivada por las posiciones que éste adoptó sobre del nazismo) mediante breves flashbacks que ayudan a poner en contexto al espectador respecto a las crisis internas con las que debió lidiar durante toda su vida. Estas crisis tenían su origen en el fuerte carácter de Hannah Arendt, por un lado, pero también, y sobre todo, a la coherencia de pensamiento que persiguió con una obsesiva tenacidad.
La banalidad del mal
Aunque no es objeto de este artículo entrar en profundidad en el concepto apuntado por Hannah Arendt, sí puede ser conveniente aportar unas breves pinceladas. Bajo este término intentó encontrar una explicación a las acciones tan terribles de alguien como Einchmann, un hombre insignificante, ajeno al antisemitismo con el que muchos se empeñaban en etiquetarlo. Según esta teoría es perfectamente posible que el ser humano actúe sin reflexionar sobre el valor moral de sus actos, movido principalmente por las exigencias a las que le somete el sistema, por un empeño de cumplir con el deber, y por las labores encomendadas a su cargo. Sin querer exculparle, ni atenuar su responsabilidad, Hannah Arendt convulsionó con sus planteamientos las creencias más arraigadas entre los sionistas, para quienes los crímenes del nazismo provenían de una maldad enraizada en quienes participaron en los mismos.
Por si esto no fuera ya suficientemente demoledor, en una parte de sus escritos obligó al pueblo judío a reflexionar acerca de su propia responsabilidad en todo el proceso de exterminio al que fue sometido en los campos de concentración, una autocrítica para la que no estaba preparado.
Las consecuencias de aceptar la idea de que es posible la banalidad del mal van más allá de todo lo sucedido en los campos de exterminio durante la II Guerra Mundial. A los seres humanos nos aporta una seguridad cómoda identificar dónde o en quién está el mal; por este motivo las posiciones maniqueas ante los problemas nos facilitan tanto las cosas. Cuando creemos saber qué es bueno y qué malo, nuestra capacidad de decisión se simplifica enormemente, lo cual nos resulta, en muchas ocasiones, un alivio. En el momento en el que dichas fronteras se diluyen nos vemos obligados a un esfuerzo extra con el que poder justificar ante nosotros mismos -y ante los demás, sin duda- nuestros actos.
La publicación en la que Arendt desarrolló este nuevo concepto,
Einchmann en Jerusalén, levantó un apasionado debate que nos ha llegado hasta nuestros días. Se la acusó de haber publicado sus conclusiones sin conocer a fondo los escritos de Einchmann, así como de haber pretendido exculpar a Einchmann al sostener que sus actos fueron consecuencia de la
obediencia debida. Como muy acertadamente apunta
Monika Zgustova en su artículo de El País, ambas acusaciones son erróneas a la luz de un análisis minucioso de las teorías de la filósofa alemana. Quizá sólo pueda achacársele un error a las teorías de Hanna Arendt, como ya apunta su personaje en la película:
Todos intentan demostrar que no tengo razón. Pero ninguno se fijó en mi único error de verdad: El mal no puede ser banal y radical al mismo tiempo. El mal sólo puede ser extremo. Nunca es radical. Pero profundo y radical sólo puede ser el bien.Contexto del debate
Otras obras pueden ayudar a poner en contexto esta película sobre Hannah Arendt y sobre el debate entorno a su figura. Destaca El especialista, retrato de un criminal moderno (Eyal Silvan, 1999) que repasa la figura del responsable de organizar la solución final. Durante las dos horas largas su director muestra al espectador las tesis de Hannah Arendt. Por desgracia es difícil de encontrar. De vez en cuando aparece alguna copia en páginas especializadas de segunda mano.
Un spécialiste, portrait d'un criminel moderne (1999)
128min | Documentary | 31 March 1999 (France)
Summary: The incredible trial of an appallingly ordinary man. Drawn entirely on the 350 hours of rare footage recorded during the trial of Adolf Eichmann, in 1961, in Jerusalem, this film about ...
See full summary »Countries: Israel, FranceLanguages: German, Hebrew
En una posición radicalmente opuesta se sitúa la obra cinematográfica del gran director Claude Lanzmann, quien participó activamente en la Resistencia. Lanzmann, conocido internacionalmente por su obra Shoah también firmó un documental sobre Maurice Rossel, Un vivant qui passe, en el que se entrevista al jefe de la delegación alemana de la Cruz Roja quien durante la Segunda Guerra Mundial visitó Auschwitz y el ghetto judío de Theresienstadt. Los nazis le mostraron ambos lugares como espacios idílicos en los que se respetaban los derechos humanos. Para lograrlo llevaron acciones tan terribles como la eliminación de más de 5.000 de sus habitantes. En su informe Maurice Rossel llegó a escribir: Theresienstadt es casi una aldea centroeuropea normal, con sus calles pulcras, sus habitantes elegantemente vestidos y libertad de culto, que incluye la actividad de una sinagoga. A pesar de que parte de la verdad le fue ocultada, existe una encendida crítica acerca del papel que ejerció la Cruz Roja durante el conflicto, así como la frivolidad con la que lo gestionaron las organizaciones internacionales.