Infancia de Beethoven
Beethoven fue un compositor nacido en la ciudad de Bonn que actualmente forma parte de Alemania. En el momento de su nacimiento esta ciudad pertenecía al reino de Prusia, un país con un marcado sentimiento nacionalista, y con una fuerte inclinación a la unificación germánica. Estos hechos no son superficiales, ya que, además de condicionar toda la historia de Europa y del Mundo (el germen de la I Guerra Mundial debemos buscarlo en estos acontecimientos) haría que la obra del genial compositor estuviera marcada por cuanto se cocía a su alrededor.
Su infancia estuvo marcada por la presión con la que su padre (alcohólico) intentó aprovechar su indiscutible y prematuro talento musical para convertirlo en un nuevo Mozart, visto el éxito que cosechó el compositor de Salzburgo durante sus primeros años como niño prodigio. Esta presión hizo mella en el desarrollo emocional del joven Ludwig, ya que apenas pudo relacionarse con otros niños de su edad. En muchas ocasiones era obligado a despertarse a media noche para mostrar su habilidad con el piano ante los amigos de su padre, arrastrando un cansancio que repercutiría en su rendimiento escolar.
Su padre no lograría su objetivo porque la vocación musical de Beethoven no aparecería hasta los 9 años, al quedar bajo la tutela del organista Christian Gottlob Neefe. Fue entonces cuando tuvo la oportunidad de conocer la obra de Johann Sebastian Bach, un hecho que le marcaría para siempre.
Lograría suavizar toda esta presión al mudarse a los 17 años a la ciudad de Viena, otro hito importante en su vida ya que tendría el primer contacto con Wolfgang Amadeus Mozart. Aunque hay poca certeza histórica de aquel primer encuentro, sí parece que alabó la capacidad y las habilidades del joven Beethoven. Tuvo que suspender este viaje por una cadena de sucesos desafortunados que le obligarían a hacerse cargo de sus hermanos: la muerte por tuberculosis de su madre en 1787, la depresión de su padre, y el posterior encarcelamiento de este por el agravamiento de su alcoholismo. Para poder ganarse la vida ejerció de violinista y de profesor de piano, hasta la muerte de su padre, en 1792.
Este sería el año de su regreso a la capital de la música, Viena, ciudad en la que residiría el resto de su vida. Durante esa primera época recibió clases de personajes tan destacados como Joseph Haydn o Antonio Salieri.
Películas sobre Beethoven
Amor inmortal
Se ha escrito mucho sobre las relación del compositor con las mujeres, y sobre la influencia que tuvo en su obra.Tras ser rechazada su petición de matrimonio por parte de Magdalena Willman (quien llego a decir que Beethoven «era feo y estaba medio loco») seguiría con su trabajo como compositor y de director e intérprete de sus obras apartándose progresivamente de las relaciones sentimentales, pero sin lograr eliminar una fuerte demanda de afecto. De hecho la mayor parte de sus atenciones iban hacia mujeres imposibles, casadas o inalcanzables. En varias películas sobre Beethoven se aborda este tema, como es el caso de La amante inmortal (Bernard Rosette, 1994). En esta obra interpretada magníficamente por Gary Oldman se intenta crear un argumento en torno a una carta que sí existió titulada Mi amada inmortal, la cual apareció junto a su lecho de muerte. Esta película se aleja de la vida real del genial compositor pero el trabajo cinematográfico y musical es muy loable, pudiendo pasarse por alto las licencias históricas. Conviene, no obstante separar historia y ficción con un cierto trabajo documental. En la página de Wikipedia Immortal Beloved detallan una lista de mitos y realidades https://es.wikipedia.org/wiki/Immortal_Beloved que pueden ser una buena guía orientativa para los educadores.
Copying Beethoven
Su primera obra importante Tres tríos para piano, violín y violonchelo (Opus 1) sería publicada en 1795. Su primera sinfonía vería la luz en 1800, haciendo que su fama y su prestigio como artista fueran en aumento. Fue en esa época cuando comenzaron a aparecer sus dificultades auditivas, como le manifestaría a su amigo Webeler y, posteriormente, en el famoso Testamento de Heiligenstadt en el que deja constancia de la desesperación de un músico al ser testigo de su pérdida de oído. Gracias a ese terrible documento sabemos que la posibilidad de suicidio la desestimó por su convencimiento de que su aportación musical a la Humanidad sería de gran importancia. Otra película sobre Beethoven que utiliza su problema auditivo como hilo argumental para crear la historia es Copying Beethoven (Agnieszka Holland, 2006) con Ed Harris y Diane Kruger. Es memorable la puesta en escena de la Novena Sinfonía, dirigida por Beethoven con la ayuda de su copista.