La historia del cine ha ofrecido excelentes películas sobre la libertad de expresión, con obras de una excelente calidad cinematográfica. Ya en 1941 el gran Orson Wells rodó Ciudadano Kane considerada por muchos críticos una de las diez mejores películas de la historia, ofreciéndonos un análisis del poder de los grandes grupos de comunicación, y de la manipulación de las corrientes de opinión.
"Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión."
La libertad de expresión es uno de los derechos fundamentales del ser humano, recogido en el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Este principio fundamental forma parte de la Carta Magna de todos los países democráticos, independientemente de que sea llevada a la práctica con mejor o peor fortuna en ellos.
Podemos definir el derecho a la libertad de expresión como un medio para exponer las ideas, y como tal ya se contempló durante la época de la Ilustración. En aquella época algunos de los más importantes filósofos de entonces como Voltaire o Rousseau consideraban que la posibilidad de disentir era una de las condiciones imprescindibles para lograr avances en los estados, y lograr la participación de la ciudadanía en la política.
A raíz de las premisas que estableció la Ilustración, dos de los hechos más relevantes de la Edad Contemporánea (la Guerra de lndependencia de los Estados Unidos y la Revolución Francesa) lograrían algunos de los avances más significativos del último milenio.