Las películas sobre la segregación racial en EE.UU. son una excelente manera de aproximarnos a esa realidad y conocer mejor un problema que sigue latente en muchos ámbitos de la sociedad estadounidense. La segregación racial se produjo en muchos lugares y afectó a gran cantidad de ámbitos. Por ello hemos seleccionado una serie de películas que traten de la segregación en diferentes circunstancias: en las escuelas, en las relaciones entre las familias blancas y sus sirvientas o en la sociedad en general.
Sin lugar a dudas la más famosa de las segregaciones raciales fue la existente en Estados Unidos durante los siglos XIX y XX. Su origen hay que buscarlo tras la guerra civil americana. Los estados del sur, derrotados en la contienda y obligados a abolir la esclavitud, mostraron su resentimiento sancionando leyes y normas que discriminaban a sus ciudadanos negros. A partir de la elección como presidente de la nación a Rutherford B. Hayes esta segregación se fue extendiendo a diferentes estados del norte.
La segregación fue una herramienta con la cual podían sortear la prohibición establecida en la constitución de eliminar los derechos de la población de color. Para ello introdujeron el concepto "Separados pero iguales": no les privaban de ningún derecho pero establecían espacios separados para poder ejercerlos.
Esta política, que en principio debía dotar de iguales recursos, casi nunca se llevaba a cabo. Así, por ejemplo, los colegios para blancos recibían más dotación económica que aquellos destinados a la población negra, lo cual agrandaba la brecha de oportunidades entre ambos colectivos.
Al conjunto de leyes tanto estatales como locales publicadas entre 1876 y 1965 para llevar a cabo esta segregación se conocen como leyes Jim Crow. Estas leyes establecían incluso el uso de fuentes para beber agua potable separadas, así como en el ejército. Su nombre proviene del espectáculo musical en el que un blanco se pintaba la cara de negro para representar un personaje afroamericano. Para poder sacar adelante toda esta legislación, especialmente en los estados del sur, fue necesario recuperar por parte de los demócratas el poder, tras la guerra civil. Ello fue posible progresivamente, potenciando la desafección de los procesos electorales de las personas de color y de los blancos con menos recursos. Para ello fueron estableciendo cada vez más requisitos para poder ejercer el derecho al voto, como una combinación de impuestos que debían ser abonados, pruebas de alfabetización, etc. En la cima de esta cadena de despropósitos se estableció la llamada claúsula del abuelo, la cual liberaba de demostrar la alfabetización o la residencia a aquellos cuyos abuelos tuvieran el derecho al voto antes de 1861, año que coincide con el inicio de la Guerra de Secesión. Como es lógico, casi todos los negros quedaban excluidos pues eran esclavos en aquel periodo.
La abolición de la segregación no se logró fácilmente. Fueron necesarios diversos actos de repulsa a la segregación y de resistencia civil, algunos con el coste de la vida de sus protagonistas. Uno de los más conocidos fue el de Rosa Parks en 1955, cuando se negó a ceder su asiento a un hombre blanco en el autobús. Este hecho se llevó a la pantalla en 2002 en Estados Unidos con un telefilme dirigido por Julie Dash titulado The Rosa Parks Story.
Entre 1964 y 1965 se darían los últimos pasos para lograr que la segregación racial desapareciera de la legislación estadounidense. El presidente Lyndon B. Johnson pediría daría pasos decisivos para avanzar en ese terreno, los cuales culminarían con la firma el 2 de julio de 1964 del decreto histórico para prohibir todo tipo de discriminación en los locales públicos.